jueves, 6 de marzo de 2014

Dios nos hizo y en Internet nos juntamos

Dos trolls que se encuentran en una web, se identifican y siempre estarán unidos. ¿A qué otra conclusión es posible llegar después de todo lo que ha pasado con Jauriume Borlote Merolico? Ahora voy entendiendo por qué me bloqueó precisamente cuando le dije que es un enfermo alcohólico. Y por lo que he leído en el artículo que enlazo, creo que estuve en lo cierto cuando sentí como si tuviera grilletes.

El gachupín debe creer que ni la tierra lo merece. Después de todo, no cualquiera tiene un troll particular, que es en lo que me he convertido. Ahora entiendo, también, por qué en el grupo facebookero donde lo conocí se tardaron casi un año en echarlo. Probablemente haya que reconocer la labor que hizo para que el foro destacara. Pero esto también implica algo muy triste: al troll no se le aprecia; es tolerado mientras es útil.

Un par de trolls que se han reconocido, se identifican y conversan animadamente. Las dentelladas, al ser virtuales, alcanzan dimensiones de confidencias. Eso me explica que en el tiempo en que estuvo agregado como amigo, entrara a hacer comentarios en las publicaciones donde percibía que iba yo a molestarme.

Entonces ya veo a qué obedeció su idea de publicar en la web que la policía de Barcelona le requisó su guitarra; lo que no dijo fue la zacapela que armó media hora antes de que llegaran los guardias, avisados por las mismas personas que agredió. Aunque la calle sea de todos, hay un orden que se va estableciendo por los que han llegado a colocarse antes que uno. Todos aquellos que desempeñamos nuestro oficio en la vía pública sabemos eso. El que atropella en la web, lo hace también en los lugares donde se mueve. 

La campaña y ofrecerle el dominio de la página que ahora se llama Tratado de Bufología, fueron los dos intentos serios que hice de terminar la guerra. Me queda claro que rechazó porque si se acaba el pleito, se queda sin oficio. Si lo dejo de trolear, puede ser que hasta me desbloquee para investigar si no me sucedió algo. O igual se casa con la María, o admite públicamente que dije la verdad acerca de él.






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