martes, 31 de diciembre de 2013

De quien mira la pantalla por no ver la realidad

El malestar emocional no viene siendo otra cosa que un mero guardián de la propiedad. ¿Qué más se puede pensar cuando se nace en una familia de catatónicos, se llega a tener acceso a Internet y ahí se conoce a gente que impresiona por su nivel cultural, su manera de ver el mundo, pero también por sus obsesiones?

Mensajes extraterrestres, tomografías computarizadas de control mental, amenazas de colocarnos dispositivos microscópicos para saber hasta en qué momento nos estamos acostando con quién, todo eso mezclado con esperanzas de salvación, certezas de revelaciones divinas, políticos y reyes que se convierten en dinosaurios a la vista de princesas que terminan siendo asesinadas por tal motivo. Un boquete en el Polo Sur que anuncia la entrada al centro de la tierra, con pistas de aterrizaje para naves espaciales y la espera de un fin del mundo que no se acaba de concretar.

Huesos duros de roer y sin embargo, lo suficientemente vulnerables como para llorar la pérdida de una guitarra, exhibir su miedo cuando dicen que son víctimas de acoso electrónico, que se ven forzados a contemplar al tío esquizofrénico, que cree hablar con los muertos, como si estuviera sano. Entonces hay que pensar en frecuencias ajenas al resto de la humanidad para salvarle, para salvarse ellos mismos también del dolor que implica asumir que se está viviendo en un pozo al que no se le llega a ver fondo.

Y unos a otros se atraen. La que brinca de una religión a otra sin comprometerse a nada, cruza en avión el océano para conocer en persona al que ve a los muertos hablando con el hermano de su madre, que a su vez se hace amigo de una luchadora por que se acaben las corridas de toros, que está entretenida, sondeando por chat a la mexicana que es objeto de atención del que contempla a quien habla con muertos.

La mexicana, de pronto, escribe en su inbox "espera un momento" y atiende la solicitud de amistad de un ex militar joven, que ha dejado atrás su proyecto de ayudar en la revolución de Marinaleda porque se encuentra parado, en casa de su madre. Una zona de comodidad muy difícil de abandonar y prefiere llenarse de animales, a falta de una mujer que se arriesgue a llenarlo de hijos y permanecer a su lado.

Alguien comienza una más de sus reyertas por no importa qué motivo, nada más quiere pelear, ganar, obtener perseguidores para sentirse importante. La mexicana, sin pensar, defendió a los adversarios pero ya se ha convertido en debunker de cabecera del que perdió la guitarra.





martes, 15 de octubre de 2013

Noches de duelo y espionaje

Creaste un perfil tras otro
para leer en qué andamos.
Tú, sentado en el alambre,
yo, montada en el dragón.
Y tú que no puedes verlo,
no te quieres enterar,
pero has hecho con la otra
lo mismo que haces conmigo.
A ella le duele igualito,
por diferente razón.
Nada más quise brindarte
una medida de cal,
por la arena que nos das.







Canción de la vieja arpía 
(Léase con la música de "La papa sin catsup" de Gloria Trevi) 


Me bloqueaste...
y me corriste de tu Facebook...
y ahora que estoy encapsulada,
¡pude ver lo que vi!

Me bloqueaste,
para hablar de mi en tus grupos,
y acojonar a la gente,
¡y el ojete eres tú!

Me bloqueaste
porque te crees iluminado
espiritual y mojigato,
¡y eres puro animal!

Me bloqueaste
porque te dije tus netas,
porque quisiste fingir demencia,
¡y estás loco de atar!

Me bloqueaste
porque no puedes engañarme.
Yo destapé tus porquerías,
¡el quejica eres tú!

Dirás que estoy borracha,
que necesito que me atiendas
y te mueres por desbloquearme,
por escribirme comentarios.
¡Me pitorreo de tus burlas,
tus frases tan cursis,
tu brutalidad!

Me bloqueaste,
pues te gustan las ancianas,
quisiste bocabajearme,
¡el sometido eres tú!

Me bloqueaste
porque te sientes un ovni,
el abductor de las mujeres,
¡y el abducido eres tú!

Me bloqueaste
y puedo ver tus correrías.
Aunque me tengas amarrada,
¡el maniatado eres tú!

¡Me pitorreo de tus burlas,
tus frases tan cursis,
de tus amenazas,
tu brutalidad!










miércoles, 28 de agosto de 2013

Los retratos de un Dorian Gray*

Esa calvicie no tan prematura, la tez morena y el luto que le daban la sudadera negra y el pantalón azul marino, lo hacían parecer un cuervo con gafas.

Ella, con su cámara lista, sólo veía la expresión alegre, pero sin saber capturó el toque de amargura de los labios enmarcados por una barba de dos o tres días.

El obturador sonó y con ello atrapó la puerta cerrada detrás, negra también, en contraste con mosaicos blancos, alacenas refulgentes, un fregadero impecable y las toallas acomodadas.

Al otro día, a primera hora, dieron, por fin, un paseo. Él consintió en ponerse una playera roja. No parecía gustarle que fuera un día tan espléndido. Se detuvo a posar junto a una barranca.

El miedo al vacío impidió que ella tomara la foto de frente. Él salió, por lo tanto, a la izquierda, como si no quisiera estar ahí. Ella no se detuvo a mirar que fue rechazada; quiso retratar al viento, pero él no se movió.

Ya transcurrieron nueve años; ha cobrado más importancia el paisaje. Él, se antoja como un pegoste y ella, por eso, lo dibujó: con el cabello entrecano, con la mirada sonriente. Le inventó una cenefa amarilla a esa sudadera negra para quitarle lo cuervo. Ella lo recuerda vivo, pero él está agonizante. Ella lo imagina entero, pero él está dividido. Ella lo reclama suyo, pero él no la quiso amar.







martes, 20 de agosto de 2013

Amor, mas, ¡oh, con un diablo!

Se enfureció cuando leyó mi post acerca de las consecuencias 

del consumo de pornografía en Internet.


Me acusó de estar atentando en contra de su espiritualidad.

Lo cierto es que yo quería ver si él salía en los documentales 

de sexo urbano.


Aunque la página fuera suya, la obsesión, en todo caso, 

era mía y el problema también.


Encontré mi modo de matar pulgas cuando le pedí la receta de 

las pollas en escabeche con salsa de caramelo.


A pesar de que es un manjar de dioses, no apto para mujeres 

viejas porque se les puede subir la presión arterial, consintió 

en decirme que se preparan de una forma sencillísima: 

No te bañes ni te cambies en dos días y piensa que estás en la 

selva.


Ya tenía la explicación de su cara de perro, pero aún no 

entendía sus apetencias por ese platillo, si pregonaba a los 

cuatro vientos que iba a vivir del aire.


Se enfureció una vez más cuando hablé de que en la 

gastronomía erótica se hacen asociaciones con cosas que 

están catalogadas como de mala educación.


Y poco faltó para que me golpeara por mencionar el eterno 

debate de carnívoros contra vegetarianos.




viernes, 16 de agosto de 2013

Enniñecer con violencia

A medida que perdía los estribos, fui perdiendo también mis años. Con él, 

las cosas son al revés. Lo peor de todo es que no me regañaba en español. Me 

reclamó que me las diera de persona guais.


No se qué quiera decir eso en catalán, pero le respondí en mexica 

que está tlahuele, se siente huey tlatoani y no llega ni a macehual. ¡A ver si 

encuentra quién le traduzca! Y si encuentra, que no llore.


En algo tiene razón: ¿qué me importaban a mi sus maratónicas disputas? Era 

imposible no leerlas, era necesario hacerse una coraza de piedra que no tengo, 

para dejar de sentir la rabia y la impotencia de aquellos que se veían atacados

sin cómo defenderse.





El caralibro tiene un recurso, el inbox. Sirve para todos los enjuagues por 

debajo de la mesa. Me sentí como empresaria gringa, vendiéndole armas al 

enemigo en una guerra cualquiera.


No le hagan caso, está borracho, era el mensaje atómico que se corrió como 

pólvora, así como su historia de amor con esa mujer que se mete en foros que 

no son de su temática, que no respeta a la gente, porque los llena de mensajes 

frívolos y él ya la conoce de mucho tiempo para estar hasta los cojones de 

verla en todas partes, porque es más egoísta que víctima.




También se supo de otra señora que no pone fotos en facebook, por lo que 

había relatado que relató en el grupo, o si las pone, que no se le vea mucho la 

cara, para que no sean utilizadas maliciosamente; que se debe, en cuerpo y 

alma, al recuerdo de que le hackearon las cuentas de correo y el foro que 

administraba, que apuntala toda su decencia en el hecho de que sigue con el 

miedo de que cualquier persona que se le acerque en la red, sea esa gente.







domingo, 11 de agosto de 2013

A pico y pala

I

Para colmo, me pides el paraíso,

¿y yo que te voy a dar?

Ciénagas es lo que tengo.

Ciénagas y barro enfangado

en toneladas de hastío.


II

Tu poema lo imagino escrito en piedras.

Letras rojas diluídas en terreno gris verdoso.

Recovecos del miedo laberinto

que inventan pliegues,

levantan muros.

Te ofrecí una canasta de serpientes.

Te dí la guerra de frente y por la espalda.

Seguí el impulso:

salvar la vida de alguien que quiere morir.






sábado, 10 de agosto de 2013

Fotosíntesis gourmet

I

Vivir del aire, la quintaesencia de la haraganez, 

la máxima fantasía.

Tomar lo que necesitemos 

sin hacer esfuerzo, sin trabajar, 

ni cultivar, ni comprar, ni almacenar, ni nada.

Vivir del aire, ilusión de los parados, 

de aquellos que ya se acomodaron en esa laxitud, 

en ese vegetar mientras pasa el tiempo 

y llega la hora de ser enterrados.

Vivir del aire 

para no habitar otro sitio 

que el del foro facebookero, 

sentirse ahí, 

protegido por el universo, 

donde todo acontece de manera instantánea.


II

Se le había quitado la sensación de hambre, 

pero aún así, percibía la presión baja y débil por momentos, 

¿qué hacía, seguir adelante?

Cada segundo era un comienzo. 

No había un después, solo entonces. 

Fue entonces cuando el cuerpo se hizo presente 

para recibir la energía sutil Prana amor. 

Su espíritu se fortalecía, lo demás se iría dando por sí solo. 

Sentía los latidos del corazón 

y confiaba en que en un mes se sentiría bien.

Decidido a continuar, en rigor espiritual, 

le llegó la somnolencia. 

Durmió. 

Descubrió que a Dios le apesta la boca 

a pizza con cebolla.









miércoles, 7 de agosto de 2013

Bendito entre las mujeres

Aunque no nos considere respetables, 

las mujeres somos parte de su

séquito, pieza esencial de la que no puede prescindir, 

ya que necesita algo o alguien que le infle la vanidad, 

que esté pendiente de todas y cada una de sus rabietas, 

que le otorgue, a cada paso, un título nobiliario 

que lo acredite como alguien difícil de tratar, que oculta, 

hasta para él mismo, el verdadero ser creativo y bondadoso 

que se esconde, que, aún bloqueado, está presente, 

cercano y escurridizo, y se oye, a su paso, el coro de 

voces femeninas. 

Rezan, claman, aúllan.





-Jauriume el Terrible.

-¿Por qué ya no has venido?

-El Zar de Todos los Perros.

-Que nunca nos rescatará.

-El Gran Señor de las Fauces.

-¿Qué insultos vomitará?

-Príncipe de las Mordidas.

-¿Qué palabras tartajea que no le puedo entender?

-El Capitán Dentellada.

-¿Qué hueso quiere roer?

-Jauriume I y su Séquito de Malvados.

-¡Que Dios nos agarre confesadas!



Entonces, se lleva a cabo una boda, 

el fatídico enlace matrimonial con

una mujer que no fue tampoco su novia, 

sino solo una amiga a quien apreciaba. 

Se resiste porque no está preparado 

y ella no lo asume, se inventa que sí la quiere, 

se autoengaña con que son almas gemelas y

cosas por el estilo.


Para ella, en su mente, llena todos los requisitos 

que pide un soberano tan estricto, porque ni complejos tiene, 

perdona porque sí, no importa lo  

que le hagan, habla siempre bonito, 

sin una palabrota y no le gusta el

sexo.





Irán de luna de miel a cualquier sitio 

en donde esté Prohibido Prohibir,

donde sea posible cumplir con la misión kundalini 

del karma de sus antepasados; 

donde puedan compartir sus mutuos Despertares y dar el



Él, la levantará en vilo, la llevará en brazos 

a lo más alto de la Plataforma Conspiranoica, 

tomarán Conciencia Pránica, se entregarán

con todo el desenfado a ejecritar la 

Espiritualidad a Través de Cuerpo y, con un poco de 

prepotencia, ella se asustará y no se dará cuenta de que

él es impotente.


Él la llevará consigo, andando de foro en foro, 

dolor de una cincuentona, con los cabellos teñidos, 

al aire, como banderas, pues ya se la llevó al

río creyendo que era mozuela y no nos dice, 

por hombre, las cosas que ella le dijo.